Microbioma y Moduladores Epigenéticos

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El microbioma, esa comunidad de microorganismos que incluye bacterias, hongos, parásitos y esporas, desempeña un papel crucial en nuestra salud y bienestar. Este ecosistema microbiano, especialmente en nuestro tracto gastrointestinal, no solo ayuda a descomponer los alimentos y absorber nutrientes, sino que también interactúa con nuestro epigenoma, el conjunto de modificaciones químicas que regulan la expresión génica.

¿Cómo está compuesto el microbioma?

El microbioma humano está compuesto por billones de microorganismos que colonizan diferentes áreas del cuerpo, pero es en el tracto gastrointestinal donde encontramos la mayor cantidad y diversidad de bacterias.

Estas bacterias intestinales desempeñan varios roles importantes, incluyendo la digestión de alimentos, la síntesis de vitaminas y ácidos grasos esenciales, la competencia con patógenos y la regulación del sistema inmunológico. Además, se ha descubierto que el microbioma puede influir en una amplia gama de enfermedades, desde enfermedades metabólicas hasta enfermedades del sistema nervioso.

Relación entre el microbioma y los moduladores epigenéticos

El microbioma y los moduladores epigenéticos están estrechamente relacionados, ya que los microorganismos pueden influir en procesos epigenéticos clave: fabricación de hormonas emocionales, como la serotonina. Y a su vez, estos cambios pueden influir en sistemas metabólicos responsables de la homeostasis celular.

Los microorganismos presentes en el microbioma pueden actuar como moduladores epigenéticos a través de diversas vías. Por ejemplo, pueden producir metabolitos que afectan los procesos epigenéticos, como la metilación del ADN o la modificación de las histonas, que son proteínas que ayudan a empaquetar el ADN en la célula.

Una dieta equilibrada, rica en fibra y alimentos fermentados, puede nutrir a las bacterias beneficiosas del microbioma, promoviendo su crecimiento y diversidad. Estos microorganismos pueden producir compuestos bioactivos, como los ácidos grasos de cadena corta, que influyen en diversos moduladores epigenéticos y contribuyen a la prevención de enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Por otro lado, el estrés crónico puede alterar el equilibrio microbiano, lo que puede tener consecuencias negativas para la epigenética y el bienestar. Múltiples investigaciones han demostrado que el estrés puede afectar la composición del microbioma y aumentar la permeabilidad intestinal, lo que puede desencadenar en una inflamación sistémica y enfermedades asociadas.

Además, el uso habitual de antibióticos puede tener un impacto significativo en el microbioma, alterando su composición y función. Esto puede provocar desequilibrios y disbiosis, lo que puede tener consecuencias negativas para la salud. Es importante utilizar antibióticos de manera prudente y complementar con probióticos, que son microorganismos vivos beneficiosos, para restaurar el equilibrio microbiano.

Bacterias, hongos, parásitos y esporas

Esporas:

Las esporas son cuerpos microscópicos muy importantes en los ciclos vitales biológicos de plantas, algas y hongos. Estos últimos producen esporas salvo algunos que no lo hacen que se denominan hongos asporógenos.

Las esporas constituyen la forma de reproducirse de los mohos, uno de los principales tipos de hongos. La presencia de hongos puede producir reacciones alérgicas que causan síntomas como la congestión nasal, irritación de los ojos o respiración lenta. En algunos casos pueden darse reacciones más severas como la fiebre y dificultades a la hora de respirar.

Las personas con enfermedades crónicas, como la enfermedad obstructiva de los pulmones, pueden llegar a presentar infecciones de moho en los pulmones. Algunos mohos especialmente tóxicos pueden producir micotoxinas que pueden tener consecuencias muy graves para la salud en algunas personas.

Parásitos:

Con respecto a los parásitos, denominamos parasitismo a la relación que se establece entre dos especies, ya sean vegetales o animales. En esta relación, se distinguen dos factores biológicos: el parásito y el huésped. El parásito vive a expensas de la otra especie, a la que se le denomina huésped.

El parasitismo intestinal se presenta cuando una especie vive dentro del huésped, en el tracto intestinal. Pueden ser ingeridos por frutas mal lavadas, manos sucias, alimentos mal conservados, entre otros.

Bacterias y hongos

En el estómagose pueden llegar a alojar una gran cantidad de bacterias y hongosinofensivos y hasta útiles, aunque también son un excelente medio para que otros microorganismos, como los parásitos intestinales, se alojen.

Existen diferentes tipos de parásitos intestinalesy los hay de muchos tamaños y formas. Suelen causar síntomas generales como diarrea, mala absorción de nutrientes y pérdida de peso, gases, distensión abdominal, úlceras y en casos agudos vómitos.

Entre los mejores alimentos o hierbas contra los parásitos están los siguientes: ajo, aceite de oliva extra virgen, limón, romero, cebolla, semillas de calabaza y semillas de anís.

Sin embargo, esto puede no estar provocando todavía una disbiosis a nivel del equilibrio microbiano intestinal. La disbiosis, o ese desequilibrio de nuestra microbiota intestinal, tiene lugar cuando hay un exceso de bacterias perjudiciales, una falta de bacterias indispensables o una alteración completa de nuestro ecosistema bacteriano.

Informe epigenético epixlife

El informe epigenético epixlife evalúa 96 biomarcadores, de los cuales 69 son nutricionales y el resto de exposición tóxica, interferencias de baja o media intensidad y retos ambientales. En el informe también aparece el microbioma y su equilibrio entre esos microorganismos: bacterias, parásitos, virus.

El tracto digestivo y el sistema intestinal proporcionan la mayor parte de la energía celular y tienen un papel muy importante en nuestro sistema inmunológico. Por ello, para nosotros es de vital importancia mantener un sistema intestinal lo más equilibrado y optimizado posible.

Conclusión

En resumen, el microbioma y la epigenética están entrelazados en una relación bidireccional. Los microorganismos del microbioma pueden influir en los procesos y los cambios epigenéticos pueden afectar la composición y función del microbioma.

Mantener un equilibrio óptimo entre ambos es esencial para promover la salud y prevenir enfermedades. Adoptar una nutrición saludable, reducir el estrés y potenciar una alimentación probiótica, son algunas de las formas en las que podemos cuidar nuestra comunidad microbiana y optimizar la expresión génica a través de los moduladores epigenéticos.