La microbiota: una aliada clave en nuestro bienestar
En los últimos años, el interés por la microbiota ha crecido exponencialmente. Este complejo ecosistema de microorganismos que habita principalmente en el intestino cumple funciones esenciales en el mantenimiento del bienestar integral.
Este microbioma intestinal influye en múltiples procesos del cuerpo humano, incluyendo la salud mental, la absorción de nutrientes y el equilibrio del sistema inmunitario.
Pero, ¿qué tipos de bacterias intestinales la componen? ¿Cómo podemos fomentar su equilibrio de forma natural y consciente? ¿Podemos potenciarla a través de alimentos para la microbiota?
Hoy en Epixlfe, te contamos cuáles son las bacterias beneficiosas más destacadas, cómo mejorar la microbiota, curiosidades fascinantes y consejos para apoyarla con pequeños ajustes en el día a día.

Tipos de bacterias beneficiosas en la microbiota
La microbiota intestinal está formada por billones de bacterias, pero no todas cumplen el mismo rol. De hecho, hay muchas bacterias buenas para el intestino.
A continuación, te presentamos algunas de las más importantes para mantener su diversidad y equilibrio en el tracto gastrointestinal:
Lactobacillus
Son bacterias ampliamente conocidas por su presencia en alimentos fermentados como el yogur o el chucrut. Contribuyen a la descomposición de azúcares y la producción de ácido láctico, creando un ambiente intestinal más estable.
Además, algunas cepas de Lactobacillus ayudan a cambiar la composición de otras bacterias. Esto fortalece la barrera intestinal y ayuda a mantener el equilibrio en el sistema digestivo.
Por lo tanto, sabemos que son positivos los alimentos fermentados para la microbiota.
Bifidobacterium
Predominan en los primeros meses de vida y se consideran esenciales en la infancia. Ayudan a fermentar fibras y carbohidratos complejos, lo que favorece un entorno intestinal diverso.
Se ha observado que personas con dietas ricas en vegetales y legumbres suelen tener una mayor abundancia de este tipo de bacterias. Estas bacterias también contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la salud digestiva.
Akkermansia muciniphila
Aunque menos conocida, esta bacteria tiene un papel muy importante en el equilibrio de la mucosa intestinal. Su presencia se asocia con un estilo de vida más activo y una alimentación variada.
Está siendo objeto de muchos estudios por su capacidad de modular el entorno intestinal y su aparente sensibilidad a factores ambientales como el ayuno intermitente y el consumo de polifenoles.
Faecalibacterium prausnitzii
Es una de las bacterias más abundantes en personas adultas. Participa en la producción de butirato, un ácido graso que contribuye al equilibrio metabólico y al bienestar general.
También se ha observado su relación positiva con la protección del tubo digestivo y la regulación del sistema inmunológico. Es una bacteria muy sensible a los cambios en la dieta, lo cual refuerza la importancia de mantener hábitos alimentarios estables.
Escherichia coli (cepas no patógenas)
Aunque suele asociarse con desequilibrios, algunas cepas de E. coli son parte normal y necesaria de la microbiota. Contribuyen a la producción de ciertas vitaminas y al equilibrio microbiano.
La clave está en mantener una buena proporción entre cepas benignas y otras bacterias beneficiosas, ayudando a mantener un entorno estable dentro del tracto gastrointestinal.
Datos curiosos sobre la microbiota
La microbiota es un universo microscópico lleno de sorpresas. Aquí algunos datos que probablemente no conocías:
1. Cada persona tiene una «huella dactilar» microbiana
La composición de la microbiota es tan única como una huella digital. Se forma desde el nacimiento y evoluciona con el tiempo, según el entorno, los hábitos alimentarios y el estilo de vida.
Incluso gemelos idénticos pueden tener microbiotas distintas. Esto demuestra el efecto de los factores ambientales en la formación del microbioma intestinal.
2. Superamos en número a nuestras propias células
Se estima que en el cuerpo humano hay aproximadamente la misma cantidad de bacterias que de células humanas, o incluso un poco más. Vivimos en constante simbiosis con nuestros microorganismos. Se calcula que el peso total de estos microorganismos puede llegar a los 2 kilogramos, distribuidos principalmente a lo largo del tubo digestivo.
3. Microbiota y emociones ¿Cómo se relacionan?
El llamado «eje intestino-cerebro» explica cómo el estado emocional puede modular el entorno intestinal y viceversa.
Por eso, el bienestar emocional también es clave para el equilibrio microbiano. Prácticas como la meditación, el arte o incluso el contacto social positivo pueden reflejarse también en nuestra microbiota y mejorar el estado del sistema inmunitario.
4. No solo hay bacterias
La microbiota no está compuesta exclusivamente por bacterias. También la conforman virus, hongos y esporas que, en conjunto, forman un ecosistema diverso y complejo.
Esta diversidad, permite una mayor flexibilidad adaptativa frente a los cambios ambientales y fortalece la barrera intestinal ante agresiones externas.
Factores que impactan el equilibrio de la microbiota
Muchos moduladores epigenéticos, como el entorno en el que vivimos y las decisiones que tomamos cada día pueden tener un impacto significativo en la diversidad microbiana.
Alimentación rica en fibra
Las fibras vegetales (frutas, verduras, legumbres, granos enteros) funcionan como alimento para las bacterias beneficiosas. Esto favorece la producción de ácidos grasos de cadena corta que apoyan el bienestar intestinal. La variedad es clave: cuantos más tipos de fibra consumas, más diverso será tu ecosistema microbiano, lo que se traduce en beneficios para la salud del sistema digestivo y el microbioma intestinal.
Ritmos de vida y descanso
El sueño reparador y los hábitos diarios regulares contribuyen a mantener una microbiota estable. Los ciclos circadianos también influyen en la actividad microbiana. Dormir a horarios irregulares o con interrupciones puede generar desequilibrios sutiles en la composición microbiana, afectando indirectamente el tracto gastrointestinal.
Entornos con diversidad microbiana
Pasar tiempo en la naturaleza y tener contacto con animales o con tierra (como al cultivar plantas) puede enriquecer la diversidad bacteriana que entra en contacto con nuestro cuerpo.
Las ciudades modernas tienden a reducir esta exposición, lo que refuerza la importancia de reconectar con entornos naturales como estrategia para mejorar la salud mental y fortalecer el sistema inmunológico.
Exposición a emociones intensas
Las emociones sostenidas como el estrés, la ansiedad o la tristeza pueden alterar el equilibrio microbiano del intestino grueso. Esto se debe a la comunicación constante entre el sistema nervioso y el sistema digestivo. Técnicas de gestión emocional ayudan a mantener un microbioma intestinal más estable y diverso, generando beneficios para la salud integral.
Exposición tóxica
El contacto constante con sustancias como pesticidas, metales pesados o aditivos industriales puede tener un impacto en la composición microbiana del tubo digestivo.
Evitar estos contaminantes en la medida de lo posible y favorecer una alimentación más natural ayuda a mantener la barrera intestinal y una microbiota resiliente ante los factores ambientales.
Consejos para favorecer una microbiota equilibrada
Incorporar pequeños cambios en la rutina puede marcar una gran diferencia en la diversidad de nuestra microbiota:
1. Incluir alimentos fermentados
Yogur, kefir, miso, tempeh y kombucha son excelentes aliados. Contienen bacterias vivas que pueden complementar tu ecosistema intestinal. Es importante consumirlos sin pasteurizar para preservar su contenido microbiano y así potenciar la salud digestiva.
2. Priorizar alimentos frescos y sin procesar
Los productos ultraprocesados pueden afectar la diversidad microbiana. En cambio, una dieta rica en vegetales y alimentos integrales promueve una mayor riqueza bacteriana. Intenta incorporar alimentos locales y de temporada, ya que pueden adaptarse mejor a tu ecosistema interno y favorecer la absorción de nutrientes en el intestino grueso.
3. Evitar el exceso de azúcares y grasas saturadas
Estos componentes pueden fomentar un entorno desfavorable para las bacterias beneficiosas. Optar por grasas saludables y endulzantes naturales puede ser una buena alternativa. Las grasas de origen vegetal como el aceite de oliva o los frutos secos son bien toleradas por muchas cepas beneficiosas del tracto digestivo.
4. Practicar técnicas de relajación
El estrés continuo puede alterar la composición microbiana. Meditación, respiración consciente o caminatas tranquilas pueden ayudar a mejorar el bienestar emocional y, con ello, el equilibrio intestinal. Actividades como la jardinería o el baño de bosque también se han vinculado con mejoras en la diversidad bacteriana y la salud mental.

El rol de los informes personalizados en la optimización del bienestar
Hoy en día, existen herramientas avanzadas que permiten evaluar aspectos clave de la microbiota en relación con nuestro entorno y estilo de vida.
Los informes de optimización Epixlife dan información sobre cómo algunos alimentos y exposiciones pueden mejorar nuestro ecosistema bacteriano. Esto ayuda a mantener la barrera intestinal y el equilibrio del sistema inmunitario.
Esta información es de gran ayuda para profesionales de la salud que buscan acompañar de forma personalizada el bienestar de sus clientes, entendiendo sus requerimientos y diseñando estrategias 100% personalizadas.
La interpretación de estos informes puede crear nuevas oportunidades. Ayudando a hacer cambios que mejoren la adaptación a los retos actuales. También puede favorecer el funcionamiento del sistema digestivo.
Conclusión
La microbiota es mucho más que un conjunto de bacterias: es un ecosistema esencial para nuestro equilibrio diario. Fomentar su diversidad y cuidar sus moduladores nos permite mejorar nuestro bienestar desde adentro hacia afuera.
Con pequeños cambios sostenidos, es posible cultivar un entorno intestinal más armonioso, resiliente y lleno de vida, con beneficios para la salud que se reflejan en todo el cuerpo humano.